María en Pentecostés
La obra y la acción de María no acaba en el Calvario. ¿Qué les
parece si entramos también nosotros al Cenáculo, donde están reunidos los
apóstoles con María, después de la Resurrección, en espera del Espíritu Santo?.
Los apóstoles formaban la primera Iglesia. Y María era la madre de esa Iglesia.
Para esto nos servirá el texto de los Hechos 1, 12-14; 2,1: “Todos perseveraban
unánimes en la oración con algunas mujeres, con María la madre de Jesús”.
Ciertamente María no pertenece al grupo de los Apóstoles, pues no
ocupa un lugar jerárquico, pero es presencia activa y animadora primera de la oración
y la esperanza de la comunidad. ¿Qué notas, qué rasgos podemos descubrir en
este texto de los hechos de los apóstoles?
María Madre, alma y aliento de la Iglesia naciente
María era una mujer del espíritu. Su vida está orientada de
intervenciones del E.S. El E.S. fue quien la cubrió con su sombra y obró en
ella la Eucaristía del Hijo de Dios. El E.S. santificó a Juan Bautista en el
seno de su madre Isabel, y María e Isabel se llenaron de gozo en el Espíritu.
El Espíritu revelo al anciano Simeón la misión de su Hijo Jesús y profetizo a
María la espada de dolor.
Por tanto, toda la vida de María se desarrolla en la fuerza del
Espíritu. Al recibir una vez más María al E.S en Pentecostés, recibe la fuerza
para cumplir la misión que de ahora en adelante tiene en la historia de la salvación:
María Madre de la Iglesia. Todo su amor y todos sus desvelos son ahora para los
apóstoles y discípulos de su Hijo, para su Iglesia que es la continuación de la
obra de Jesús.
Ella acompaña la difusión de la Palabra, goza con los avances del
Reino, sigue sufriendo con los dolores de la persecución y las dificultades apostólicas.
Pentecostés con la venida del E.S. sobre aquella comunidad cristiana
congregada en el Cenáculo marca el comienzo de los hechos de los Apóstoles, el
comienzo de la evangelización, de la difusión y propagación de la Iglesia.
Este crecimiento y expansión eran debidos a la fuerza
del Espíritu, que habían recibido los apóstoles, pero María estaba allí
presente con su oración y fe. Y lo mismo que participó en la formación de
Cristo en Nazareth, participa ahora con su presencia orante en el nacimiento y expansión
de la Iglesia y en su misión evangelizadora.
http://es.catholic.net/mariologiatodoacercademaria/569/1418/articulo.php?id=26180
Les envío saludos y bendiciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario