A los alumnos del 2°C les envío una felicitación especial por su desempeño durante los ensayos del rezo y la excelencia con que lo realizaron el día de ayer.
Para la primera sesión, les pido llevar impresa la siguiente lectura (puede ser en hojas recicladas y pueden disminuir el tamaño de la letra):
La
Gracia...don sobrenatural que Dios concede para alcanzar la vida eterna. Vida de Gracia
La
gracia es una participación gratuita de la vida sobrenatural de Dios que inicia
con el Bautismo y se pierde cada vez que se comete un pecado grave.
Dios creó al hombre y a la mujer por
amor, en un estado de absoluta felicidad, viviendo en su presencia. Ellos, por
su soberbia, quisieron hacerse dioses y cometieron el pecado original. A partir
de ese momento perdieron la amistad con Dios.
El pecado original es el primer pecado cometido por la primera pareja humana,
mismo que es transmitido por herencia a todos sus descendientes. Adán y Eva
transmitieron a toda su descendencia la naturaleza humana herida, es decir con
las consecuencias del pecado original, privada por tanto de la santidad y de la
justicia original. Desde ese momento todos los hombres nacen con el pecado
original. (GS 22)
Como consecuencia del pecado, la naturaleza humana quedó debilitada de sus
fuerzas, sometida al sufrimiento, a la ignorancia, a la muerte, e inclinada al
pecado (CIC n 418) Con el pecado original todos los hombres pierden la Vida
Divina y la imagen de Dios queda deformada.
El
Hombre Nuevo
En el Bautismo Cristo nos hace hombres nuevos, dando como resultado que, el
hombre hasta ahora averiado, quede restaurado, sin pecado original. No sólo le
borra la falta, sino que le añade algo nuevo, le da su Espíritu, una vida
nueva, Su vida. Así el hombre se convierte en un hombre nuevo.
Este hombre nuevo tiene unas nuevas fuerzas, puede vivir la ley de la caridad,
Puede conocer a Dios por la fe y esperar su ayuda. Pero, estas fuerzas nuevas
no le privan de tener que luchar contra el demonio y las tentaciones. En él
persiste la inclinación al mal (la concupiscencia) como un residuo del pecado.
De hecho los protestantes lo igualan al pecado.
Una diferencia fundamental entre católicos y protestantes es que los católicos
sabemos que el pecado queda totalmente borrado con el Bautismo y para los
protestantes únicamente está cubierto, pero sigue ahí, se podría decir que para
ellos es como si le pusieran un velo.
La
Gracia
La amistad con Dios perdida por el pecado original, sólo se puede recuperar por
medio de la gracia. Que es un don sobrenatural que Dios concede para alcanzar
la vida eterna, y se recibe, principalmente por los sacramentos. Es un regalo
de Dios, nadie ha hecho nada para obtenerla por mérito propio. Dios siempre da
el primer paso. Es don sobrenatural porque lo que se está comunicando es la
vida misma de Dios. Este regalo de Dios exige la respuesta del hombre.
La gracia es una participación gratuita de la vida sobrenatural de Dios (CIC
1996-1997) Inicia con el Bautismo y se pierde cada vez que se comete un pecado
grave. Ahora bien, la gracia puede perderse o aumentarse, a pesar de ser
gratuita el hombre puede favorecer su recepción o impedir su fruto.
Por medio de la gracia somos introducidos a la vida Trinitaria: se participa
por el Bautismo de la gracia de Cristo, somos hechos hijos adoptivos de Dios,
por lo que se puede llamar “Padre” a Dios, y se recibe la vida del Espíritu que
infunde la caridad y que forma la Iglesia.
La vocación a la vida eterna proviene de la iniciativa gratuita de Dios, sólo
Él es capaz de revelarse y de darse, por lo tanto es sobrenatural porque
sobrepasa las capacidades de la inteligencia y la voluntad humana. El cristiano
no puede actuar rectamente si no cuenta con la ayuda de Dios.
Necesidad
de la gracia
La gracia es absolutamente necesaria, sin ella es imposible alcanzar la
salvación, la vida eterna. La justificación implica el perdón de los pecados,
la santificación y la renovación. Es la que arranca al hombre del pecado
contrario al amor de Dios y purifica su corazón. Es una acogida de la justicia
de Dios por la fe en Cristo, merecida por la Pasión, Muerte y Resurrección de
Cristo.
La justificación es la obra más excelente del amor de Dios. Decía San Agustín “la justificación del impío
es una obra más grande que la creación del cielo y de la tierra, porque el
cielo y la tierra pasarán, mientras la salvación y la justificación de los
elegidos permanecerán”. Implica
la santificación de todo el ser.
La justificación se le concede al hombre por medio de la gracia, en virtud de los
méritos de la redención de Cristo. Pero no se le da sin hacer nada por
merecerla. El hombre debe disponerse a recibirla mediante el ejercicio de la
virtud.
En el siglo V, los seguidores de Pelagio, decían que sin la gracia el hombre se
podría salvar, pues se basta a sí mismo y no necesita de la ayuda de Dios. Esta
es la llamada “herejía de Pelagio” o pelegianismo. Esta herejía está muy
difundida en la actualidad por el New Age.
Los protestantes en el siglo XVI decían el hombre desde el pecado original no
puede hacer nada nuevo, pues quedó totalmente corrompido. Exaltaban tanto la
gracia que caían en el extremo de anular la libertad del hombre.
Clasificación
de la gracia
La presencia de Dios en la vida del hombre debe de ser continua, porque en Él
"somos, nos movemos y existimos”. Para ello se cuentan con diferentes
tipos de gracias:
Gracia
santificante: Es un don sobrenatural infundido por dios en nuestra alma – merecida por
la Pasión de Cristo – que recibimos por medio del Bautismo, que nos hace, justos,
hijos de Dios y herederos del cielo. El Espíritu Santo nos da la justicia de
Dios, uniéndonos – por medio de la fe y el Bautismo – a la Pasión y
Resurrección de Cristo. Catec. nn. 1996ss Es una disposición sobrenatural que
perfecciona al alma para hacerla capaz de obrar el bien. Sus efectos son:
·
Borra el pecado
·
Hace posible que Dios habite en
nuestra alma
·
Nos hace hijos de Dios y herederos
del cielo
La
gracia actual es ese don sobrenatural, pasajero, otorgado por Dios, que ilumina la
inteligencia y mueve la voluntad para que el hombre sea capaz de realizar
acciones sobrenaturales. Es un don de Dios concedido temporalmente en una
circunstancia precisa.
La
gracia habitual, don sobrenatural que permanece en el alma cuando se vive en amistad con
Dios, sin cometer ningún pecado grave. Es una disposición permanente para vivir
y actuar según la voluntad de Dios.
Gracia
sacramental, gracia propia de cada sacramento.
Gracias
especiales, carismas o dones gratuitos de Dios
para el bien común de la Iglesia.
Gracia
de estado, es la fuerza necesaria para cumplir con las responsabilidades propias
según el estado de vida de cada quien o su vocación. Son influjos, en la
inteligencia o en la voluntad, por los cuales el hombre percibe lo que debe de
hacer o dejar de hacer y se siente atraído para conseguirlo, recibiendo las
fuerzas para lograrlo.
Los
carismas son gracias especiales del Espíritu Santo, están ordenados a la gracia
santificante y son para el bien común de la Iglesia.
Las
virtudes teologales y los dones del Espíritu Santo
Dios concede unas ayudas especiales para facilitar el proceso de la relación
del hombre y Él. Con estas ayudas, las virtudes teologales se participa con
mayor intensidad de Su vida, se obtiene una mayor docilidad a Él, logrando así
una unión más íntima. Las virtudes teologales sonfe, esperanza y caridad.
Otras ayudas que se reciben son los dones del Espíritu Santo. Estos dones
permiten adquirir el gusto por las cosas de Dios, conocer profundamente las
verdades de fe, apreciar en su justa dimensión las cosas de este mundo, poder
hacer juicios con rectitud, otorga las fuerzas para hacer el bien, una mayor
relación con Dios, rechazar el pecado por amor a Dios.
Estos dones son:
·
Sabiduría: comunica el gusto por las
cosas de Dios.
·
Inteligencia: que comunica el
conocimiento profundo de las verdades de fe, dando la capacidad para
entenderlas.
·
Ciencia: que enseña la recta
apreciación de las cosas terrenas.
·
Consejo: que ayuda a formar un juicio
sensato sobre las cosas prácticas de la vida.
·
Fortaleza: da las fuerzas necesarias
para trabajar con alegría por Cristo.
·
Piedad: relaciona con Dios como Padre
y Creador.
·
Temor de Dios: hace que se tenga
temor de ofender a Dios, rechazando el pecado para mantener la unión con Él,
siempre por amor a Dios.
Viviendo la vida conforme a la
voluntad de Dios, junto a los dones encontraremos los frutos del Espíritu
Santo: caridad, alegría, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad,
mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad.
Conclusión
La vida espiritual del hombre es superior a la vida material, de ahí la
necesidad de todas estas ayudas. El hombre debe armonizar la vida material y la
espiritual. Cuando hay conflicto debe escogerse siempre el bien mayor.
Para la segunda sesión no es necesario ningún material.
Les envío saludos y bendiciones.